La técnica habitual para tratar un esguince consistía en escayolar el tobillo para inmovilizarlo totalmente durante tres semanas, provocando la cronificación del problema. El vendaje funcional permite la movilidad del pie, mejora la circulación y consigue acortar el tiempo de recuperación.

Rodilla:

Dependerá del tipo de lesión y debe ser siempre realizado por un experto. Por lo general, se aíslan los tendones y ligamentos dañados, pero no se compromete la movilidad de la articulación, lo que permite conseguir un excelente resultado.

Muñeca:

Se puede apostar por un vendaje estabilizador que siga permitiendo que muevas tus dedos, o por otro lado colocado en el dorso de la mano para mantener la articulación en una ligera extensión.

Hombro:

Alivia el dolor y el conocido como hombro de tenista. Dado que se trata de un punto clave para la funcionalidad de las extremidades superiores, su aplicación ha de amoldarse totalmente a las características de la lesión.

Codo:

La lesión en los ligamentos puede provocar que sea aconsejable la inmovilización de los mismos, pero no la del antebrazo y la mano. Una vez más, solo un experto podrá colocar el vendaje más eficaz y conveniente.

Aplicación:

Además, se recomienda el vendaje funcional para patologías del tendón de Aquiles, gemelos, epicondilopatías, tendinopatías de De Quervain, esguinces de muñeca y otras patologías derivadas de deportes como fútbol, tenis, baloncesto, gimnasia, etc.

Esperamos haberte aclarado las características de este tipo de vendaje, así como su utilidad.